El sudor es un líquido compuesto en un 90% de agua y un 10% de sales minerales. Es inodoro, pero se degrada y se vuelve de mal olor al entrar en contacto con las bacterias de la piel. El sudor está producido por las glándulas sudoríparas. Hay dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas y las apocrinas. Las glándulas ecrinas son pequeñas y numerosas. Están extendidas por todo el cuerpo, menos en los labios y algunas zonas del aparato genital. Están presentes a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, y regulan la temperatura del cuerpo, es decir son las responsables de la función termorreguladora del organismo.
Las glándulas apocrinas, son menos numerosas y más grandes. Aparecen en la juventud, y pierden actividad a partir de una cierta edad. No regulan la temperatura, no tienen una función determinada. Están más presentes en las axilas, pecho, nalgas, etc.
El sudor es básicamente agua y sales minerales, en especial cloruro sódico. El material grasiento de las glándulas apocrinas es el principal causante del olor, al ser transformado por las bacterias que existen en nuestra piel.
Lógicamente en las zonas del cuerpo peor ventiladas y de más humedad, el olor será más intenso. Cada individuo tiene un olor característico, determinado por herencia genética, por los alimentos que consume, por factores hormonales, sexuales, por la emotividad, etc. Existe una notable variedad individual y racial en el olor corporal, que es aceptada socialmente según la raza y condición o educación social.
Los trastornos de la sudoración se dividen en hiperhidrosis o exceso de sudoración y anhidrosis o ausencia de ella; ambas pueden ser locales o generalizadas. Técnicamente se distinguen dos alteraciones más: la bromhidrosis o anomalías en el olor del sudor y la cromhidrosis o alteraciones del color del sudor.
Hiperhidrosis
La hiperhidrosis consiste en un exceso de sudoración de una zona concreta del cuerpo. Normalmente se inicia en la pubertad y, si no se trata, puede durar muchos años, si bien tiende a disminuir su intensidad a partir de los 35-40.
Este trastorno se ha relacionado con alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, nerviosismo, inseguridad y cambios súbitos de la temperatura ambiente. Algunas pacientes también han notado su vinculación con los ciclos menstruales. Sorprendentemente, durante el sueño tiende a desaparecer por completo.
La alteración psíquica que puede desencadenar este molesto problema muchas veces se ve empeorada por el trastorno en sí; es decir: la ansiedad provoca un aumento de la sudoración en las manos y, a su vez, dicho aumento empeora la ansiedad del paciente incrementando aún más la humedad de las manos. El exceso de sudor axilar origina manchas y grandes cercos en la ropa, lo cual genera una inconveniencia social a estos pacientes, que a menudo se ven obligados a cambiarse de ropa varias veces durante el día y que se sienten rechazados en sus relaciones habituales.
Este trastorno no resulta médicamente grave, pero psicológica y socialmente puede tener consecuencias de la mayor importancia para la persona que lo padece: desde la dificultad para escribir en una hoja sin manchar el papel, hasta el miedo a dar la mano en una entrevista de trabajo.
La hiperhidrosis puede aparecer o agravarse al consumir en exceso bebidas muy calientes, o que contengan cafeína o alcohol. Comer especias en demasía también puede contribuir. Ciertas medicinas (antipsicóticos, derivados mórficos, dosis elevadas de hormonas tiroideas o algunos analgésicos como aspirina o paracetamol) pueden, asimismo, causarla. Suelen acontecer episodios de sudoración cuando la glucosa en sangre está baja. Otras circunstancias en que aparece la sudoración excesiva incluyen el hipertiroidismo, los ataques cardíacos, etc.
Otras alteraciones
La anhidrosis, tan molesta como la hiperhidrosis, tiene entre sus causas más habituales: golpe de calor o deshidratación, quemaduras graves, infecciones de las glándulas sudoríparas, algunos medicamentos como los antipsicóticos y trastornos del sistema nervioso autónomo.
Como consecuencia las personas que padecen anhidrosis, sufren una alteración en la regulación del calor. Al olor corporal excesivo o anormal se denomina bromhidrosis. Está causado por la actividad de las glándulas apocrinas y ecrinas.
Por ejemplo, la bromhidrosis plantar u 'olor de pies' es frecuente en los varones jóvenes. El exceso de sudor con el consiguiente aumento de humedad hace que la piel de las plantas de los pies se ablande, favoreciendo la acción bacteriana sobre la queratina.
El sudor excesivo es un serio problema para algunas personas que llegan a gotear sudor o, por ejemplo a empapar el papel en los exámenes. Es causa de incapacidad real, es un serio problema para sus relaciones sociales, laborales y personales.
|Fuente: http://www.larioja.com/v/20111...